Published On: 24 Luglio 2015Categories: Babele

Pilar

Di Pilar Ocampo Pizano

La Gestalt es, sin duda, uno de los enfoques terapéutico más malentendidos y manoseados cuya traducción y mala interpretación se ha convertido en guarida de irresponsables y terapeutas “light” que no sólo la han desprestigiado, sino que han limitado a otros la posibilidad de conocer realmente la riqueza filosófica, existencial y terapéutica de este enfoque al promover en las personas experiencias desagradables, incompletas o al modelar conductas incongruentes y contradictorias, resguardados bajo un “aquí y ahora” profundamente hedonista , egocéntrico e irresponsable que dista mucho de lo que realmente promueve la verdadera Gestalt.

El proceso terapéutico es un proceso de liberación interna y de rescate de potencialidades al servicio de la individualidad y autoapoyo del paciente, como una manera de ayudarlo a establecer relaciones nutricias que permitan el desarrollo de vínculos más sanos.

La Gestalt actual promueve que el paciente camine su propio sendero parado en sus pies, no en los del terapeuta; permite y promueve una profundidad relacional real sin llegar a contactos melosos falsos y perjudiciales para la relación terapéutica; rescata el valor del diagnóstico clínico y psicopatológico para ayudar a que el paciente se inserte de una manera creativa en el mundo; enfrenta y confronta al paciente con sus pautas neuróticas aliándose con las partes sanas y desde una relación horizontal promueve la verdadera responsabilidad que solo puede darse a partir de una ampliación de conciencia

La responsabilidad es proporcional al nivel de conciencia y no podemos pedirle a un paciente que asuma la responsabilidad de algo que no está percibiendo en su justa magnitud. Es muy común escuchar en algunos gestaltistas las frases “¿te haces responsable de esto? ¿asumes tu responsabilidad?” y más común escuchar en los pacientes el tan trillado: “asumo mi responsabilidad” ¿y? ¿Eso ya hace el cambio mágico? ¿Podemos esperar que el paciente salga de su juego con esa frase? Pareciera que muchos gestaltistas piensan que sí; yo estoy en total desacuerdo.

Lo que verdaderamente empieza a liberar al paciente de sus juegos de autotortura y autoengaño es la ampliación de conciencia,; el darse cuenta de qué, cómo y para qué está manteniendo una determinada actitud, llevando a cabo una conducta o escudándose detrás de un síntoma; ahí empieza el verdadero trabajo terapéutico porque no hay interpretaciones, ni teorías, ni tregua para el paciente que decide empezar un proceso terapéutico desde esta forma de hacer Gestalt. Es él frente a sí mismo, no hay contra quién luchar más que contra sus propios fantasmas, no hay un terapeuta a quién echarle la culpa porque nadie está asumiendo la responsabilidad por él, y una vez empezado el proceso del propio parto no puede detenerse, sigue avanzando aún a pesar del propio paciente. Después de un darse cuenta, nada vuelve a ser igual. ¡Esa es la magia de la Gestalt!

La verdadera Gestalt no es permisiva, ni sobreprotectora, por el contrario, es despiadadamente humana, pues integra de manera perfecta las polaridades del ser humano en un proceso de encuentro relacional profundo en el que tanto el terapeuta como el paciente se sumergen sin saber qué van a encontrar, resurgiendo ambos más humanos, más individuos y conscientemente más libres.

Ser psicoterapeuta gestalt es una maravillosa oportunidad de crecer en cada encuentro, de sorprendernos una y otra vez con las ilimitadas posibilidades de expresión y manifestación del ser humano y de experimentar la verdadera intimidad resultante del equilibrio entre contacto y retirada, entre apoyo y frustración y entre la danza de un nosotros para fortalecer el tú y yo.

Unicamente cuando tomamos consciencia de que en cada sesión entramos en terreno sagrado, estamos listos para hacer terapia; porque únicamente desde esa visión podemos acoger en su totalidad la individualidad maravillosa de la persona que tenemos frente a nosotros y eso solo lo podemos hacer desde el contacto con nuestra propia grandeza, que hablará del trabajo personal que hemos realizado para ser la mejor versión de nosotros mismos y poderle decir al otro: Estoy contigo, con todo lo que soy en este aquí y ahora, en el que trataré de acompañarte a crecer no solo con técnicas, sino con mi ser entero. Sólo entonces estaremos siendo y haciendo Gestalt.

 

Dra. Pilar Ocampo Pizano

Fundadora y Directora General del

Centro Gestalt Oaxaca

www.gestaltoaxaca.com

www.pilarocampoonline.com

pilar_ocampo@yahoo.com